Qué es atrofia muscular

La atrofia muscular es un trastorno que consiste en el desgaste, la pérdida o la disminución del músculo esquelético, la cual tiene lugar al producirse un desequilibrio entre la síntesis de las proteínas y su degradación. Este trastorno afecta a las células nerviosas de dichos músculos, provocando una parálisis parcial o total.

A consecuencia de su aparición se llega a originar una pérdida de la fuerza muscular, lo que afecta de forma claramente negativa a cualquier acción cotidiana que quién la padece pueda realizar. De forma progresiva estos músculos se van desgastando y el enfermo tiene cada vez mayor dificultad para la realización de actividades, incluso de aquellas a priori tan sencillas como caminar.

Categorías de atrofia muscular

La atrofia muscular es provocada, como ya hemos mencionado, por un desequilibrio existente entre la síntesis de proteínas la degradación de las mismas, dando origen  tres tipos diferentes de atrofia muscular, que son las siguientes:

Atrofia psicológica

Es aquella en la que las personas afectadas no utilizan sus músculos con frecuencia. En este caso la solución es llevar a cabo ejercicio físico. Es frecuente que ocurra en personas que, por diferentes motivos, pasan todo el día sentados, o porque tienen problemas de salud que les impiden mover sus extremidades.

Atrofia patológica

Es provocada por el envejecimiento, inanición y otras enfermedades. También puede venir determinada por abusar en el uso de corticoesteroides.

Atrofia neurogénica

En este caso el trastorno nace a partir de la falta de conexión entre los músculos y los nervios. Habitualmente se da en aquellas personas que se encuentran enfermas de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), artritis reumatoide, polio, o síndrome de Guillian-Barre, entre otros. También puede originarse tras haber sufrido quemaduras o lesiones con traumatismos.

Síntomas de la atrofia muscular

La atrofia muscular no tiene síntomas previos a su aparición, haciendo que vayan apareciendo estos a medida que se va desarrollando en el individuo. A medida que van apareciendo se pueden apreciar los siguientes signos:

  • Sensación de tener debilidad en las extremiddades.
  • Reducción de la masa muscular tanto en las piernas como en los brazos.
  • Mayores dificultades a la hora de llevar a cabo movimientos básicos.

Diagnóstico de la atrofia muscular

El especialista, para realizar su diagnóstico, debe proceder a la exploración del paciente para poder determinar la pérdida de masa muscular, además de revisar el historial clínico y ordenar la realización de otras pruebas complementarias, como son la resonancia magnética, las radiografías o los análisis de sangre.

Tratamiento de la atrofia muscular

En el caso de que se diagnostique esta patología, la manera de tratar el problema es similar en la gran mayoría de las ocasiones. Al existir una pérdida de masa muscular el objetivo debe ser recuperarla. En el caso de la atrofia muscular por desuso, es más fácil de revertir. En este caso habrá que llevar a cabo ejercicios específicos de recuperación de masa muscular. Al mismo tiempo será necesario elevar la ingesta de proteínas.

Por otro lado, si la atrofia viene determinada por problemas neurológicos, estos ejercicios deben combinarse con otros específicos en los que se emplean elementos ortopédicos.

Prevención de la atrofia muscular

En el caso de que se desee prevenir la aparición de la atrofia muscular por razones psicológicas es lo más sencillo, ya que en ese caso tan solo habrá que mejorar la alimentación para que esta sea sana y hacer ejercicio. De esta manera se evitará que el músculo pueda llegar a atrofiarse.

De igual forma se debe evitar el sedentarismo, ya que así se reducirán las posibilidades de que la enfermedad se presente. La dieta preventiva debe ser equilibrada pero rica en proteínas y el ejercicio se debe llevar a cabo a diario, aunque no tiene porque ser de una alta intensidad.

La mayoría de los casos se dan por inactividad

A pesar de que puede estar relacionada con diferentes enfermedades, algunas de ellas las que hemos mencionado, la atrofia muscular se da, en la gran mayoría de las ocasiones a causa de la inactividad.

Aquellas personas que tienen un trabajo sedentario y las personas de la tercera edad que no mantienen una actividad suficiente, pueden llegar a hacer que su tono muscular se vea afectado y, por ello, pueden llegar a desarrollar una atrofia bastante importante. Sin embargo, no debe ser un signo de excesiva alarma, ya que puede llegar a ser reversible con la realización de ejercicio.

Quienes son enfermos que están postrados en una cama por problemas de movilidad, pueden llegar a presentar un desgaste significativo a nivel muscular, lo mismo que ocurre, por ejemplo, con los astronautas. Estos, al estar liberados de la fuerza de la gravedad, pueden ver disminuida su masa muscular.

Por este motivo, hay que tener en cuenta que el estilo de vida que se vaya adoptando a medida que se envejece, es clave para los resultados finales. Si se mantiene un nivel de actividad apropiado no tendría por qué existir atrofia muscular. Así, se debe seguir promocionando la actividad por parte de ancianos y cualquier ciudadano.

Por último hay que recalcar que la pérdida de fuerza en las piernas tiene consecuencias importantes. Puede llegar a limitar la locomoción. También incrementa el riesgo de caídas y problemas lumbares.

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